sábado, 30 de noviembre de 2013

Una visión y una locución interna


Me he pasado un buen rato haciendo la fotocomposición y edición de la imagen que veis.

La visión que tuve el domingo 17/11/13 mientras oraba con otras personas fue como sigue: Primero vi exactamente las tres cúpulas que se ven en la foto y que corresponden a la ciudad de Roma.

Después vi cómo la cruz negra se introducía en la corona de espinas y ésta se iba deshaciendo, rotando en el sentido de las agujas del reloj mientras se convertía en pájaros negros, que se iban volando.

Luego todo desaparecía y quedaban otra vez  las cúpulas y el cielo rojo (aunque no me ha salido del todo bien, el tono de la visión era un rojo más oscuro, menos naranja).

Me he decidido a escribir esto, porque ayer, realizando una actividad tan prosaica como planchar, de repente me vino claramente la idea: "Si Barrabás sale de la cárcel, es que van a volver a traicionar y matar a Jesús".

Esto parece referirse a la salida de la cárcel de lo peor de lo peor estos días.

Desde el cónclave, los que rezamos en el pequeño grupo de liberación, lo hacemos expresamente pidiendo que el Señor, por la intercesión la Virgen santísima, mande a Sus legiones de ángeles a proteger a este Papa contra todo lo que Satanás se propone hacer contra él. Pero somos cada vez menos los que hacemos esto en el mundo.

El otro día salió en el periódico digital la noticia de que la mafia, empieza a considerar al Papa como objetivo de un atentado, porque está desbaratando toda la red de blanqueo de dinero a través de la banca vaticana.

Igual que Cristo es uno y está vivo en el mundo y actúa a través de la persona que Él quiere en cada momento, la acción de Satanás antagonista, se realiza del mismo modo, por lo que la lucha es a escala global.
No importa que Jesús actúe en Nigeria perdonando los pecados a una persona por las manos de un sacerdote, Barrabás salga de la cárcel en España en las personas de todos éstos y Él muera en Roma en vez de Jerusalén en la persona del Papa; es la historia de la salvación la que se repite a nivel global.

Pero Dios ha de respetar la libertad individual y si un tipo decide disparar a Su Santidad libremente, aunque esté engañado por S. para hacerlo, ha de permitirlo. Sólo la oración (que es oponer a la decisión libre del que quiere matar al papa, la decisión libre de desear que no le pase nada malo), es lo que permite a Dios actuar.

Sin intercesión, atamos las manos de Dios. Él puede inspirar a las personas a que oren (ya sea por sentimientos, visiones, mensajes, casualidades, locuciones,...), para poder actuar, pero si la persona se niega a orar, las cosas malignas suceden y Dios no puede impedirlas, porque no quiere torcer la libertad humana; como hemos explicado en otros posts, si lo hiciera, no podría tener hijos, tendría robots. Y como siempre repetimos: Dios no permite males, sino para sacar mayores bienes.

Este mundo necesita una purificación porque se ha vendido a la idolatría. Si leemos el antiguo testamento vemos que se repite cíclicamente  en el pueblo de Israel la misma historia:
El pueblo está mal, se vuelve al Señor; entonces le va bien y se va a los ídolos; le vuelve a ir mal y se vuelve al Señor y así durante milenios.

No quiero ser demasiado catastrofista, no me gusta; pero si esto en vez de ser una "rayadura" personal autoinventada, es una cosa del Señor, pues os invito a orar por el Papa y que el Señor desbarate todo plan del Maligno para deshacer la voluntad de Dios. Aunque esté totalamente equivocado y lo visto responda a la visión de muchas películas, no es malo orar más por el Papa y de lo que podemos estar seguros es que la voluntad de S. es hacerle todo el daño posible a la Iglesia.

Recordemos que por el Bautismo, todos somos sacerdotes (para ofrecer nuestros sacrificios, oraciones, alabanzas,...), profetas (para hablar las cosas que Dios quiera decir a través nuestro) y reyes (tenemos autoridad para atar y desatar y dominar la creación, reinando conjuntamente con Jesús como
cabeza).

Un saludo y espero que me ayudéis a discernir mejor esta visión.