lunes, 10 de marzo de 2014

La carne es el árbitro

Hace un mes, más o menos, me tocó dar una enseñanza en mi grupo de la renovación. El tema era acerca de qué es y cómo desprenderse del espíritu del mundo.

Me gustaría dejar mis notas aquí, por si a alguien le pueden aclarar conceptos.

San Pablo nos dice que el ser humano está compuesto de cuerpo (físico)+ alma (psique)+ espíritu (no físico)

Estos forman una unión inseparable de forma que lo que afecta a uno de los componentes, también afecta a los otros dos. Así el estrés hace que te salga una úlcera, los pecados desaniman y entristecen, y las enfermedades hacen estar bajo de ánimo (podemos combinar como queramos).

¿Qué es el espíritu del mundo?

Es la suma de factores externos al ser humano, que inclinan a desear en contra de la voluntad de Dios, llevando a la persona a pensar y obrar como el resto de la gente, para sentirse integrado en un grupo humano.

El Enemigo de Dios es el que ha dado forma al espíritu del mundo, a través de su acción instigadora durante todos los tiempos sobre los seres humanos, para que se opongan a Dios de tal manera, que nacemos ya predispuestos a apartarnos de Dios. Esto ha originado una huella en el cuerpo (genética), en la mente (pensar como todo el mundo) y en el espíritu (pecado original).

Si imaginamos a una persona como una balanza, en el platillo izquierdo pesa el espíritu del mundo y en el derecho, el Espíritu de Dios que nos inspira a seguir la voluntad de Dios.
El aparato sería nuestra carne, la cual viene viciada hacia el espíritu del mundo por el pecado original. El bautismo equilibra la balanza.

Ahora nuestras decisiones libres harán que seamos seres más espirituales o más mundanos. Nadie puede ser totalmente espiritual, ni totalmente mundano; porque el ser humano aunque herido por el pecado, es imagen y semejanza de Dios. La carne es quien decide si somos espirituales o mundanos.

¿A qué inclina el espíritu del mundo?

Ya dijo Juan Pablo II que el origen de todos los males es el egoísmo. Yo y todo lo mío por encima de quien sea.

-Mis opiniones por encima de todo: Prejuicios, rencores (y toda falta de perdón), violencia, orgullo, soberbia, lo políticamente correcto, todos los "-ismos" (racismo, machismo, feminismo, socialismo, comunismo, capitalismo, ....)

-Mi placer por encima de todo: Comilonas, borracheras, excesos, amores prohibidos y sexualidad desordenada ("en el corazón nadie manda"), drogas, videojuegos y chats antes que la obligación, vicios, consumismo, TV.

-Cuando me apetece y pasando por encima de cualquier cosa.:

-Mi comodidad por encima de la voluntad de Dios:
Falsa paz respecto a los pecados. No se reconoce la importancia de hacer mal.
Convivencia con el pecado instigada por la ingeniería social y por ignorancia de la voluntad de Dios.
Inmovilismo. Seguir instalado en el pecado a pesar de conocer la voluntad de Dios.
No servir a Dios o al hermano por el perjuicio o menoscabo de mi buen nombre, fama, honra o economía.


Para vencer al espíritu del mundo remito al post del combate espiritual (Ef 6) del    2/11/2008 :

Resumiendo: Saber que estamos ya salvados y acoger la salvación; ayuno, limosna, oración; fe; predicar el Evangelio en toda situación y a toda persona; leer mucho la Biblia; perseverar caminando en una comunidad.

Conocimiento de uno mismo. Si no conoces tus debilidades y fortalezas, serás un pelele en manos del enemigo.

Frases para reflexionar:

- La mayoría de sufrimientos nos los creamos nosotros mismos.
- Sufrimos por imaginar cosas que casi nunca suceden.
- Eres imagen y semejanza de Dios. Vales mucho.
- Evita enfadarte. Toma cierta perspectiva para valorar todo acontecimiento.
- Busca a Dios como meta principal de tu vida. Valora lo que quedará para la eternidad y lo que se queda en este mundo.
- Ve la realidad como es. Discierne la mentira de las informaciones que te llegan y los intereses que están detrás de las noticias, publicidad,...
- Enamórate de la verdad y no te apegues a consignas o ideas preconcebidas.
- Desengánchate de todo apego a personas, ideas, cosas, pecados. Elimina todo lastre a tu libertad para hacer la voluntad de Dios.
- La tele es el principal medio de propagación del pensamiento del mundo.
- Las revistas del corazón te llenarán del espíritu del mundo.
- El fútbol y su entorno te llenarán del espíritu del mundo.
- Para un momento. Ten periodos de silencio. Evita por un instante el caos de ruidos que te aturden y no te dejan pensar con claridad.
- Huye del consumismo y de toda vía de escape en las cosas materiales.
- No esperes a sentir. Ora por tus enemigos de una forma sincera y eficaz. Di: "Señor, que se cumpla tu voluntad en esa persona. No la suya que es seguir perjudicándome, ni la mía que es estrangularlo;  la tuya, porque Tú también pagaste con tu sangre por sus pecados".
Luego sigue dando pasos hacia el perdón.
- No te lo tragues todo. Comparte tus sentimientos con otros, sin olvidarte del sacerdote.
- No te sientas inferior. Cada uno tiene sus capacidades que son útiles para la humanidad.
- Pide con naturalidad y sencillez, sin dramas.
- El sufrimiento permitido por Dios, te hará crecer.
-Ojo con todo aquello de lo que no puedas prescindir. Son cadenas. Hay que ser libre sin apegos ni esclavitudes, como Jesús.
- Ojo a las falsas necesidades: De saber, de pareja, de adrenalina, de estar por encima, de hacer grandes cosas, de independencia, de ser perfecto, de proyectar una imagen, de tener más, de diversión, de ser amado y apreciado,de tener éxito en todo,...

- Ojo con las conductas defensivas: Hay personas jactanciosas, criticonas, autojustificativas, autocompasivas, superirritables, superdóciles, los demás son los malos,...

- Ojo con las conductas neuróticas que son mentira:
             -Necesito ser amado y apreciado por los que me conocen.
             -He de triunfar en todo.
             -Hay situaciones terribles e insoportables.
             -La culpa es de los demás.
             -El peligro me angustia.
             -Prefiero vivir sin esfuerzo ni disciplina, haciendo siempre mi gusto.
             -No puedo evitar la gran influencia de mi pasado en mi vida actual.
             -Las personas y circunstancias deberían ser de otra manera.
             -Es mejor la pasividad que la acción.

- Fomenta el crecimiento del amor de servicio a los demás y la propia autoestima. Para ello:

             -Cree en tí mismo sin egoísmo, ni orgullo y autoacéptate como eres, y mejora sin dramas.
             -Pasa a la acción y no te critiques  demasiado. Estate dispuesto a sacrificarte por una causa noble.
             -Da gracias a Dios por lo que eres y tienes y sana los recuerdos dolorosos.
             -Dios te ama, por lo que debes alegrarte y amarte a ti mismo y a los demás.
             -El verdadero amor es libre, fuerte, desinteresado, universal, sin miedo, sin apego, sin exigencias al otro, sin juzgar, defendiendo la vida en todas sus etapas, con inteligencia, sin imponer tus ideas a otros, sino ofreciéndolas a quien las quiera aceptar.
             -Tu felicidad la decides tú. No te dejes ofender, ni vivas dormido. Camina libre por la vida, con ideales de servicio al prójimo, una vocación (familiar o religiosa) y celo por anunciar el Evangelio.

Gracias por escuchar.